Esa misma tarde mi móvil sonó. Era un mensaje de un número desconocido. "Ayer me lo pasé genial, ¿repetimos?" Era de el. De Justin, de mi Justin.
Me esperé unos segundos para no parecer ansiosa. Pero no lo puede evitar y enseguida memoricé su número en mi teléfono con el nombre de Justin <3 y contesté: "Cuando quieras :)".
Pero después de eso no volví a recibir ninguna llamada, ni ningún mensaje, ni nada. Pensé que tal vez estaba ocupado, trabajando, firmando autógrafos o en una rueda de prensa. Pero después de tantos días, ya no había escusas.
Cada tarde, a cada momento, e incluso cuando me despertaba por las noches, miraba el teléfono. Pero nada. Nunca hubo nada. Poco a poco me empecé a destrozar, me hacía daño. Tal vez mi historia, mi romance, aquella locura que ardió en mi estómago se había acabado.
Perdí totalmente la esperanza.
Unos días después, mientras veía Un paseo para recordar con P el teléfono fijó sonó. Mis padres no estaban en casa así que paré la películas y contesté a la llamada.
-¿Si?
-No-reí.
-¿Quien es?
-Joder S, ¿ya no té acuerdas de mi?-me puse a saltar por la habitación como una loca, sabia quien era, reconocí su voz, sus dulce voz.
P, me miró extrañada, preguntándome con la mirada que quien era. Pero al ver mi sonrisa enseguida entendió quien era el hombre misterioso.
-Pues no, no me acuerdo.
-The one i can live whitout is you , is you You're my precious little lady The one that makes me crazy Of all the girls i've ever known its you, its you my favorite, my favorite, my favorite my favorite girl, my favorite girl- cantó. Me mordí el labio.
-Hola Justin.
-Hola Sam-sonreí al escuchar como pronunciaba mi nombre.-Siento no haberte llamado antes, es que he estado muy liado y eso. Nuevo CD...-empezó a disculparse. ¡Que mono!
-Tranquilo.
-¿Que? ¿Como va todo?
-Bien, no se, como siempre....estaba viendo una peli con una amiga.
-¿Que tipo de peli?-lo dijo en un tonito que me sacó de quicio.
-¡De amor!-Justin rió desdé la otra linea.
Y así hablando de unas cosas y otras nos pasamos horas.
P, acabó de ver la película. Y aburrida, y cansada de escuchar nuestra conversación, empezó a leer una revista.
La conversación se alargó toda la noche, discutíamos sobre actores y actrices, canciones, libros, música, sobre moralejas de películas, libros, escritores, obras de teatro... No coincidíamos en todo, pero aun así nuestras conversaciones eran fluidas, tranquilas, no eramos perfectos, pero en nuestro interior ardía algo. Algo maravilloso que nos hacía sentir bien. Muy bien. De maravilla.
-¿Y que tal es la película?-preguntó.
-Es preciosa. Me encantaría escribir alguna vez una historia tan bonita.
-Estaría bien, pero yo preferiría protagonizar una.-no estaba segura si se refería a lo que yo creía que se refería.
-¿Una peli?
-No.
-¿Entonces?
-Vivirla.
S, es una chica corriente de NY, pero su vida se ve un tanto alterada cuando conoce en persona a Justin Bieber. Pero entonces se da cuenta de que el amor no siempre es fácil, y, de que aveces, tiene sus complicaciones. Descubre su emocionante historia en este blog.
6.30.2011
6.29.2011
5.P
-¡S!-oí una voz, pero no reaccioné. No quería racionar.-Sam-volvió a llamarme aquella pesada voz, esta vez moviéndome de un lado a otro.-¡Sam coño! Levanta-después de oír aquellas "cariñosas" palabras supe quien me llamaba.
-¿P?-pregunté.
-Santa Claus.
No pude evitar sonreír. P, es decir Penelope, era mi mejor amiga. ¿Sus intereses? Ropa, chicos, vacaciones, fiestas, más chicos, salones de belleza, zapatos, muchos más chicos... pero aun así, por mi, si yo la llamaba, si yo la necesitaba, si tenía una de mis crisis nerviosas con mis padres, era capaz de dar la vuelta al mundo (siempre con unos Christian Louboutin) Eramos las amigas perfectas. La rubia y la morena. La loca y la responsable. Desdé que eramos unas niñas pequeñas nos lo habías dicho.
-Hola P-me incorporé y me froté los ojos.
-¿Hola?¿Me dices "hola"?¿Tu sabes lo que me ha costado entrar a tu casa? Tu padre no me dejaba. ¿Se puede saber que hacías a las tantas de la madrigada por ahí?- me acribilló a preguntas.
Mi padre no la dejó entrar, porque estaba enfadado. Eso me hizo pensar en la noche anterior. En la pelea, y en el motivo de ella. Justin. La manera en la que me había mirado, en la que me había besado, como me había tocado... me ponía la piel de gallina.
-Estuve con alguien.
-¿Quien?
-Un chico.
-¿No?
-Si...pero no paso nada entre el y yo.-aclaré.
-¿Y que hiciste asta esas horas? ¿Jugar a el parchís?-se retiró su melena rubia de la cara, ya, que al agachar la cabeza, le había tapado los ojos. El pelo de P, se podía envidiar perfectamente. Era largo, brillante y sedoso.
-No.
-Pero...-Trató de insinuar algo que no entendí.
-¿Pero que?
-Digo que si vosotros...
-¿Que si nosotros que?
-Que si hicisteis...-yo no entendía lo que me quería decir.
-¿Que si hicimos que?
-¡¿Que si te lo tiraste?!-reía a carcajadas. Penelope estaba como una cabra.
-Nada de eso. Estuvimos hablando, paseando, fuimos a tomar algo... me dio su chaqueta, me cogió de la mano, fue muy romántico...
-¿Es gay?
-¡No!-reí y le di con el cojín en la cara.- se me tiró al cuello.
-Mientes.-negué con la cabeza.
-Pero le aparté, ya sabes...
-Osea que haciéndote la difícil... así me gusta nena.-sonreí, de hecho, con ella, no podía parar de hacerlo.
-Fue increíble
-¿Pero se puede saber quien es el hombre misterioso?
-Justin Bieber.
Después de eso se lo conté todo.
-¿P?-pregunté.
-Santa Claus.
No pude evitar sonreír. P, es decir Penelope, era mi mejor amiga. ¿Sus intereses? Ropa, chicos, vacaciones, fiestas, más chicos, salones de belleza, zapatos, muchos más chicos... pero aun así, por mi, si yo la llamaba, si yo la necesitaba, si tenía una de mis crisis nerviosas con mis padres, era capaz de dar la vuelta al mundo (siempre con unos Christian Louboutin) Eramos las amigas perfectas. La rubia y la morena. La loca y la responsable. Desdé que eramos unas niñas pequeñas nos lo habías dicho.
-Hola P-me incorporé y me froté los ojos.
-¿Hola?¿Me dices "hola"?¿Tu sabes lo que me ha costado entrar a tu casa? Tu padre no me dejaba. ¿Se puede saber que hacías a las tantas de la madrigada por ahí?- me acribilló a preguntas.
Mi padre no la dejó entrar, porque estaba enfadado. Eso me hizo pensar en la noche anterior. En la pelea, y en el motivo de ella. Justin. La manera en la que me había mirado, en la que me había besado, como me había tocado... me ponía la piel de gallina.
-Estuve con alguien.
-¿Quien?
-Un chico.
-¿No?
-Si...pero no paso nada entre el y yo.-aclaré.
-¿Y que hiciste asta esas horas? ¿Jugar a el parchís?-se retiró su melena rubia de la cara, ya, que al agachar la cabeza, le había tapado los ojos. El pelo de P, se podía envidiar perfectamente. Era largo, brillante y sedoso.
-No.
-Pero...-Trató de insinuar algo que no entendí.
-¿Pero que?
-Digo que si vosotros...
-¿Que si nosotros que?
-Que si hicisteis...-yo no entendía lo que me quería decir.
-¿Que si hicimos que?
-¡¿Que si te lo tiraste?!-reía a carcajadas. Penelope estaba como una cabra.
-Nada de eso. Estuvimos hablando, paseando, fuimos a tomar algo... me dio su chaqueta, me cogió de la mano, fue muy romántico...
-¿Es gay?
-¡No!-reí y le di con el cojín en la cara.- se me tiró al cuello.
-Mientes.-negué con la cabeza.
-Pero le aparté, ya sabes...
-Osea que haciéndote la difícil... así me gusta nena.-sonreí, de hecho, con ella, no podía parar de hacerlo.
-Fue increíble
-¿Pero se puede saber quien es el hombre misterioso?
-Justin Bieber.
Después de eso se lo conté todo.
4.Guerra
Entré a casa con sumo cuidado. Me quité los zapatos a la entrada para hacer el mínimo de ruido posible. Las luces estaban apagadas. Mis padres seguramente dormían.
-Samanta Elisabeth Parker-mi nombre completo. Mierda. Al parecer no, mis padres no estaban durmiendo.
Vi a mi padre de brazos cruzados en medio del comedor.
-Papi- sonreí.
-¡No me venga con “papi”!-estaba furioso-¿Tu no tienes un reloj? ¿Que horas son estas de venir? ¡A tu madre y a mi nos iba a dar algo! ¿Se puede saber donde estabas?-aunque mencionó a mi madre yo, no la vi por ninugna parte.
-Es que no te lo vas a creer...
-Intentalo
-Con Justin Bieber
-¿Pero tu te crees que soy gilipollas o que? Dime la verdad
-Es la verdad-repliqué. Pero ya me podía esforzar, era evidente que no me iba a creer.
-¿As bebido?
-¡No!
-¿Fumado?
-¡Claro que no!
-¿Estabas con un chico?
-¡Si! ¡Con Justin Bieber!
-No habrás hecho nada de lo que tengas que arrepentirte ¿no?-eso ya me estaba empezando a poner furiosa.
-Papa, tranquilo, sigo siendo virgen.- no le chille, pero el tono que había empleado para decirle esas últimas palabras había sido pero que si lo hubiera hecho.
Mi padre no dijo nada durante unos instantes, entonces su tono de voz se relajó:
-Te hemos dado la libertad de irte a un concierto, y tu, la acabas de tirar por los suelos.
-Pero....
-A la cama...
-Pero
-¡Que te vayas a dormir!
Agaché la cabeza y me fui. Decía la verdad. En el fondo estaba avergonzada por llegar a esa hora, pero por otro lado, no me arrepentía de nada. Acababa de pasar la noche más increíble de mi vida, y mis padres (en este caso solo mi padre) ni nadie, me lo podían impedir. Me estiré en la cama reventada, pero sin perder la sonrisa. No la perdía porque no podía parar de pensar en el, en sus labios, en como habían acariciado suavemente mi cuello, en sus manos, como se deslizaban por las mías, en sus ojos, en su mirada, en su increíble pelo...No pensaba en otra cosa. Solamente tenía una duda “¿Porque este tío es tan perfecto, y donde ha estado toda mi vida?”Me puse el pijama y me metí en la cama. Enseguida me quedé dormida.
-Samanta Elisabeth Parker-mi nombre completo. Mierda. Al parecer no, mis padres no estaban durmiendo.
Vi a mi padre de brazos cruzados en medio del comedor.
-Papi- sonreí.
-¡No me venga con “papi”!-estaba furioso-¿Tu no tienes un reloj? ¿Que horas son estas de venir? ¡A tu madre y a mi nos iba a dar algo! ¿Se puede saber donde estabas?-aunque mencionó a mi madre yo, no la vi por ninugna parte.
-Es que no te lo vas a creer...
-Intentalo
-Con Justin Bieber
-¿Pero tu te crees que soy gilipollas o que? Dime la verdad
-Es la verdad-repliqué. Pero ya me podía esforzar, era evidente que no me iba a creer.
-¿As bebido?
-¡No!
-¿Fumado?
-¡Claro que no!
-¿Estabas con un chico?
-¡Si! ¡Con Justin Bieber!
-No habrás hecho nada de lo que tengas que arrepentirte ¿no?-eso ya me estaba empezando a poner furiosa.
-Papa, tranquilo, sigo siendo virgen.- no le chille, pero el tono que había empleado para decirle esas últimas palabras había sido pero que si lo hubiera hecho.
Mi padre no dijo nada durante unos instantes, entonces su tono de voz se relajó:
-Te hemos dado la libertad de irte a un concierto, y tu, la acabas de tirar por los suelos.
-Pero....
-A la cama...
-Pero
-¡Que te vayas a dormir!
Agaché la cabeza y me fui. Decía la verdad. En el fondo estaba avergonzada por llegar a esa hora, pero por otro lado, no me arrepentía de nada. Acababa de pasar la noche más increíble de mi vida, y mis padres (en este caso solo mi padre) ni nadie, me lo podían impedir. Me estiré en la cama reventada, pero sin perder la sonrisa. No la perdía porque no podía parar de pensar en el, en sus labios, en como habían acariciado suavemente mi cuello, en sus manos, como se deslizaban por las mías, en sus ojos, en su mirada, en su increíble pelo...No pensaba en otra cosa. Solamente tenía una duda “¿Porque este tío es tan perfecto, y donde ha estado toda mi vida?”Me puse el pijama y me metí en la cama. Enseguida me quedé dormida.
6.28.2011
3.Caminando entre estrellas
Caminamos uno muy cerca del otro, en silencio, siempre por calles secundarias, vigilando de que no nos vieran periodistas, pero empezaba a estar segura de que nos seguían. Se me empezó a poner la piel de gallina, eran las doce en punto, y yo solo llevaba una camiseta corta y una faldita. Es decir, que empezaba a tener frío. Me entró un escalofrío y Justin se dio cuenta.
-¿Que te pasa?
-Tengo frío.-Justin se quitó la sudadera y me la dio mientras sonreía como un tonto enamorado. La chaqueta. Típico.
-Que original eres Romeo.- pero la cogí y me la puse.
Su chaqueta olía a él. Era suave, caliente, era suya. Pero entonces noté algo más de el. Su piel. Sus dedos se enredaron en los míos. Apretó su mano fuertemente contra la mía.
-Me invitas a un chocolate caliente, me dejas tu chaqueta, que me la voy a quedar por cierto, y ahora me das de la mano. Estas hecho un Don Juan, no se eres tan original.
Justin soltó una de sus sonrisas irónicas.
-Lo intento
-Pues no lo consigues.
Paramos en seco, estábamos en un callejón oscuro, me hubiera dado miedo si no hubiera sido por el. Entonces me di cuenta, yo estaba pegada contra la pared y el tenía su cuerpo pegado al mio. Se acercó un poco más a mi. Demasiado. Sentía su aliento. Sus labios casi rozaban los míos. Me gustaba esa atracción que había entre nuestros cuerpos, ¡pero era demasiado pronto!
A mi el me encantaba, la manera en la que me había tratado me encantaba, pero tan pronto no. Cuando estaba dispuesta ha hablar antes de que sus labios acabaran de rozar los míos el se me adelantó.
-Intento sorprenderte, ¿sabes? Pero es que ya no se que hacer...-tomé aliento, el lo notó. Negó con la cabeza antes de continuar.- es que...no te puedo impresionar, es imposible, normalmente, con lo que he hecho asta ahora otra chica se me hubiera tirado a los brazos, pero tu... tu no. -hizo otra pausa-pero ¿sabes que?- su mano izquierda acarició mi cintura, y su mano derecha (que realmente no se como pude distinguir su manos izquierda de su mano derecha) acarició mi mejilla.
-¿Que?
-Eso me encanta.
Su boca estaba tan cerca de la mía que incluso la deseaba. Pero cuando sentí sus labios no fue porque me besara, sino que se desviaron hacia mi cuello. Por un lugar fue bueno, porque me di cuenta de la realidad. Me vinieron a la cabeza mis pensamientos anteriores “demasiado pronto”. Entonces aparté su cabeza de mi cuello.
-Y por esa misma razón, no voy a ser una chica fácil.
Separé su cuerpo de el mio. Y corrí hacia delante. Pero el me seguía lentamente.
-¿Vienes o que?- entonces sonrió y me siguió. Me volvió a coger de la mano.
-Te juro que me encantas-me susurró a la oreja, seguidamente me besó dulcemente en la mejilla.
Y así otra vez, el tiempo voló. Hablamos, reímos, hicimos el tonto, me abrazó, me sentí cercana a el. Nunca me había sentido así con nadie.
Tuve que bajar de de mi nube y mirar el reloj. ¡Mierda! Mis padres me mataban. Eran las cinco de la mañana. Me quería morir. ¿Como no me podía haber dado cuenta? Me empecé a poner nerviosa.
-¿Que te pasa, S?
-¡Que son las 5 de la mañana!-Justin miró el reloj y abrió los ojos de par en par.
-Vale tranquila-cogió su móvil y hizo una llamada, diez minutos después apareció un coche que me llevó asta casa. Una vez ya en la puerta y apunto de salir del coche, Justin me agarró del brazo.
-Espera un momento, S.-Yo me giré.-antes de que te vayas, me gustaría decirte una cosa-besó mi mejilla y continuó.-me lo he pasado genial, y me encantaría repetir esto, así que si me das tu número...-lo hice y me despedí totalmente de el. Faltaba la prueba final. MIS PADRES.
6.18.2011
2.Starbucks
Me saludó con la mano desde la mesa. ¡Aun no me lo creía! Me senté enfrente de el “Mantén la calma Sam, por favor.” me supliqué por dentro.
-¿Que quieres tomar? ¿Café?
-Chocolate caliente, por favor.-Justin sonrió.
¿Café? ¿En serio? No estaba mal la idea de estar con Justin Bieber en Sturbucks tomando un café, pero me gustaba más la de tomar un chocolate caliente. Se hizo el silencio entre el y yo. Justin miraba a todos lados con tal de encontrar un tema de conversación.
-¿Sueles hacer esto?- Justin levantó la cabeza y me miró a los ojos.
-¿El que?
-Salir por ahí con fans.
-No- negó con la cabeza sin dejar de sonreír.
-¿Y no te han dicho que no se debe salir con fans de sexo femenino y encima teniendo novia?-Soltó una carcajada, y, entonces, sus ojos bajaron más allá de los míos y se plantaron en mi escote. - Y lo empeoras si miras el escote...-Justin se acerco un poco más a mi.
-¿Y a ti no te han dicho que no se tontea con famosos? Y en cima si ese famosos se llama Justin Bieber. -reí, era tan mono- ¡Ah!, ya no estoy con Selena.
-Yo no tonteo contigo. ¿Que ha pasado?
-Si que lo haces, y no lo se, me llamó y me dijo que no podía más, y que esto se acababa.
-¿En que te basas para decir que tonteo contigo? Y lo siento mucho-me encantaba poder mantener dos conversaciones a la vez con el, pero por otro lado, acababa de romper con Selena, tal vez yo solo era su distracción.
-Me baso en que soy Justin Bieber, y dejalo, creo que solo quería publicidad.
-No me gusta ser el juguete de nadie.- le advertí muy seriamente.
-¿Quien te ha dicho que seas el juguete de nadie?
-Tus ojos al cruzarse con mi escote.
-Soy famoso pero también humano ¿Sabes?-mi miró a los ojos como no la había hecho asta el momento. Eran increíbles.
-¿Y porque yo? -Tiró la cabeza hacia atrás y soltó un suspiro.
-Por esos ojos.
-Escuchame Romeo, que esos trucos no funcionan conmigo. No es que me hayas mirado a los ojos precisamente.
-Por esas contestaciones precisamente es por lo que me he fijado en ti. - Le miré con curiosidad.- Es que...no se...Cuando has dicho que aparte mis manos de ti...¿Sabes la de chicas que matarían por hacerme guarradas en cualquier parte? -no podía parar de reír, ese chico era realmente increíble.
Acababa de admitir que se había fijado en mi porque me hacía la difícil. Gracias mamá. Supongo que ella nunca pensó que lo aplicaría con Justin Bieber, pero funcionó igualmente ¿no?
La camarera llegó para darnos nuestros pedidos. Le di un pequeño sorbo a mi chocolate caliente. Delicioso, como siempre. El también le dio un sorbo a su bebida.
-Hablame de ti.- dijo Justin después de limpiarse- No se...¿Como te llamas?-reí, se me había olvidado que no le había dicho mi nombre todavía.
-Sam, pero me llaman S.
-Encantado...S-después de escuchas de la manera en que me lo dijo no pude evitar sonrojarme.
Así pasamos un buena rato, hablando de unas cosas y de otras, de nuestras vidas, de nuestros problemas, de nuestras aficiones...después de hablar durante una hora en la cafetería, fuimos a dar una vuelta.
No podía parar de pensar en la de cosas que teníamos en común, nos gustaba casi lo mismo, pero al salir por la puerta (que me había abierto el previamente) ese pensamiento de que solo era su distracción volvió a rondar por mi mente. Me dijo que no era el juguete de nadie, pero ¿me podía fiar de el?
-¿Que quieres tomar? ¿Café?
-Chocolate caliente, por favor.-Justin sonrió.
¿Café? ¿En serio? No estaba mal la idea de estar con Justin Bieber en Sturbucks tomando un café, pero me gustaba más la de tomar un chocolate caliente. Se hizo el silencio entre el y yo. Justin miraba a todos lados con tal de encontrar un tema de conversación.
-¿Sueles hacer esto?- Justin levantó la cabeza y me miró a los ojos.
-¿El que?
-Salir por ahí con fans.
-No- negó con la cabeza sin dejar de sonreír.
-¿Y no te han dicho que no se debe salir con fans de sexo femenino y encima teniendo novia?-Soltó una carcajada, y, entonces, sus ojos bajaron más allá de los míos y se plantaron en mi escote. - Y lo empeoras si miras el escote...-Justin se acerco un poco más a mi.
-¿Y a ti no te han dicho que no se tontea con famosos? Y en cima si ese famosos se llama Justin Bieber. -reí, era tan mono- ¡Ah!, ya no estoy con Selena.
-Yo no tonteo contigo. ¿Que ha pasado?
-Si que lo haces, y no lo se, me llamó y me dijo que no podía más, y que esto se acababa.
-¿En que te basas para decir que tonteo contigo? Y lo siento mucho-me encantaba poder mantener dos conversaciones a la vez con el, pero por otro lado, acababa de romper con Selena, tal vez yo solo era su distracción.
-Me baso en que soy Justin Bieber, y dejalo, creo que solo quería publicidad.
-No me gusta ser el juguete de nadie.- le advertí muy seriamente.
-¿Quien te ha dicho que seas el juguete de nadie?
-Tus ojos al cruzarse con mi escote.
-Soy famoso pero también humano ¿Sabes?-mi miró a los ojos como no la había hecho asta el momento. Eran increíbles.
-¿Y porque yo? -Tiró la cabeza hacia atrás y soltó un suspiro.
-Por esos ojos.
-Escuchame Romeo, que esos trucos no funcionan conmigo. No es que me hayas mirado a los ojos precisamente.
-Por esas contestaciones precisamente es por lo que me he fijado en ti. - Le miré con curiosidad.- Es que...no se...Cuando has dicho que aparte mis manos de ti...¿Sabes la de chicas que matarían por hacerme guarradas en cualquier parte? -no podía parar de reír, ese chico era realmente increíble.
Acababa de admitir que se había fijado en mi porque me hacía la difícil. Gracias mamá. Supongo que ella nunca pensó que lo aplicaría con Justin Bieber, pero funcionó igualmente ¿no?
La camarera llegó para darnos nuestros pedidos. Le di un pequeño sorbo a mi chocolate caliente. Delicioso, como siempre. El también le dio un sorbo a su bebida.
-Hablame de ti.- dijo Justin después de limpiarse- No se...¿Como te llamas?-reí, se me había olvidado que no le había dicho mi nombre todavía.
-Sam, pero me llaman S.
-Encantado...S-después de escuchas de la manera en que me lo dijo no pude evitar sonrojarme.
Así pasamos un buena rato, hablando de unas cosas y de otras, de nuestras vidas, de nuestros problemas, de nuestras aficiones...después de hablar durante una hora en la cafetería, fuimos a dar una vuelta.
No podía parar de pensar en la de cosas que teníamos en común, nos gustaba casi lo mismo, pero al salir por la puerta (que me había abierto el previamente) ese pensamiento de que solo era su distracción volvió a rondar por mi mente. Me dijo que no era el juguete de nadie, pero ¿me podía fiar de el?
6.16.2011
1.La mejor noche de mi vida
“¡Justin!¡Justin!” Después de dos horas gritando ese nombre mi voz empezaba a fallar. Llevaba meses esperando para este día, pero por fin, había llegado.
Justin Bieber tocaba One Less Lonely Girl por encima del publico con su guitarra. Veía las caras de las otras fans; lagrimas, mareos e incluso algún que otro desmayo. Todas por ese pelo, esa sonrisa y esa pequita sexy debajo del ojo.
Gritaba a pleno pulmón cuando alguien me pico en la espalda.
-¿Quieres subir al escenario con Justin Bieber?
No contesté al momento. ¡Por Dios! Estaba paralizada.. Simplemente asentí. Ni siquiera recuerdo el camino de lo emocionada que estaba. Recuerdo a las fans gritando, a aquel hombre de negro delante de mi indicándome el camino, y su voz, como la de un ángel cantando, diciendo que no lo volvería a pasar mal, si es con el, siempre sonreiré.
Justin ya estaba allí, con un enorme ramo de rosas. Yo caminaba por el escenario, el me cogió de la mano y me ayudó a sentarme. Me ofreció el ramo de rosas y acabó de cantar One Less Lonely Girl, pero esta vez, mirándome a los ojos.
“Saca tus encantos S” me dije a mi misma. Entonces no me concentre en sus enormes ojos color miel, ni en sus suave piel, ni en su...ni en su...¡Al grano! Que sus manos se deslizaron asta mis piernas. ¡Y ahí si que no! Como dice mi madre: “la mejor manera de ligar, es hacerse la difícil”
¿Pero de verdad se iba a creer que porque estuviera loca por el, porque era el mejor momento de mi vida o porque tuviera un grave caso de BieberFever le iba ha dejar hacer lo que le diera la gana? ¡Pues va ha ser que no chato! Entonces la canción acabó y no pude evitarlo.
-Haz el favor de apartar tus manos de mi.
Las fans me abuchearon. Pero en cambio, Justin me dedicó una sonrisa picara. Entonces me cogió de la mano y me susurró a la oreja.
-¿Mejor?
Yo asentí. Entonces volví a la realidad y miré al público. ¿Acabo de tirarle la caña a Justin Bieber delante de más de un millón de fans con el deseo de estar allí con el? Muchas de ellas matarían por estar con el, pero la mayoría me matarían a mi por estas con el, todo el mundo (excluyendo a los padres que acompañaban a sus histéricas hijas) me odiaba. Y eso, me encantaba. Que todo el mundo te quiera esta bien, pero que todo el mundo te odio, por celos, es lo mejor.
Después de eso, Justin me abrazó. Volví a mi asiento, con una de las mejores experiencias de mi vida, bueno, una no, la mejor experiencia de mi vida.
El concierto terminó, yo, con las lagrimas aun en los ojos, fui hacia el aparcamiento.
-Señorita- interrumpió mi camino un hombre vestido de negro, me resultaba muy familiar, pero no savia de que- perdone señorita, Justin me ha dado esto para usted.-en ese momento reconocí a el hombre. Era el que me había acompañado asta el escenario. Entonces me entregó una nota. Se despidió y se fue.
“Te veo en Sturbucks a las 11:00”
¿No? ¿En serio? ¿Justin Bieber quería quedar conmigo en Sturbucks? No hacia falta dudarlo, iba a ir. Era obvio.
Sturbucks quedaba a dos manzanas de allí, así que después de advertir a mis padres de que llegaría un poco más tarde de lo previsto a casa, corrí hacia la cafetería.
Hube que respirar unas cuanta veces antes de entrar. Retoqué rápidamente mi maquillaje, me peine un poco como pude y coloqué mi falda de tubo azul en el sitio correcto. Pero un pensamiento se me cruzó por la cabeza. Y si no me había citado Justin. Tal vez era solo una broma, o es que alguna de las chicas celosas me tenia preparada una trampa, pero me arriesgué.
Y entonces abrí la puerta...
Justin estaba allí, esperándome. Estaba sentado en una de las mesas del final, una mesa alejada.
6.14.2011
Prólogo
Aviso: este relato puede provocar celos, ganas de estrangulamiento y unas irrefutables esperanzas de matar a la autora. Por favor mantenga la calma a pesar de lo que lea. Gracias por su atención.
Atentamente: la persona que no quiere ser asesinada.
Hay muchas maneras de empezar un historia y aunque esta, sea la mía, necesito un poco de orden. Primero hay que elegir unos protagonistas.
Así que cogeme a mi(Sam) y a un sujeto X, llamalo Justin Bieber y ponle ese pelo. Aquí tienes a tus protagonistas.
Las historias se componen de introducción, nudo y desenlace, pero eso supongo que viene por si solo.
¿Sabéis que? Voy a ir al grano. Que el examen de castellano fue ayer.
Me presento, soy una chica de Nueva York, con mi vida, mis cosas y mis problemas. Me encanta destacar, no soy la típica chica tímida de las películas, ni la típica asocial, empollona y con una grave falta de sentido del humor y gusto por la moda. Me gusta que me vean, conocer a gente nueva y algún que otro pivón.
No va, ahora en serio, si hay algo que me encante eso es escribir, me relaja.
Tengo una terrible enfermedad desde hace unos años, pero no os preocupéis, no es nada malo, es simplemente BieberFever.
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