10.07.2011

19.Como ella me hace sentir...Por P.


Nota: este capítulo esta explicado por P.

De mientras que S y Justin miraban Nueva York en plan escenita de peli de amor, yo, me concentraba en Dylan. Y resultaba difícil no hacerlo. Estaba apoyado a la pared con esa postura tan sexy y una copa de champan en la mano. Me acerqué a el.
-¿Quieres?-dijo ofreciéndome su copa.
-Si-el me cedió su bebida. Seguidamente cogió la botella y  bebió a morro. Yo, le mire indignada. ¿Y yo me tenía que conformar con una copita de nada? Como se notaba que nos acabábamos de conocer.
-¿Qué?-yo no contesté. Simplemente le arrebaté la botella de entre las manos y bebí. El me miró que esa estúpida (pero ridículamente atractiva) risita irónica.-No esta mal, pero no sabes beber.
-¿Perdona?-el rió.
-Pues eso, que no sabes beber. -¿Qué yo no sabía beber? Si yo no sabía beber, ¿quién sabía?
-¿Sabes lo que te digo?-contesté. Con la frase perfecta en la punta de la lengua. Pero no la pude decir.
-No, pero ¿sabes lo que te digo yo?-interrumpió Dylan de inmediato- Que mejor, cambiemos de tema.
Entonces se me acercó. Me cogió por la cintura con esa cara de picardía que tanto me gustaba. S y Justin se habían ido. Así que estábamos solos.  Sus labios se acercaron a los míos. Sentí su olor…sus manos…finalmente, sus besos. ¡Y que besos! Tal vez es arriesgado decirlo, pero hubiera jurado que era el mejor beso de mi vida.       Pero algo grito dentro de mi. Algo, hacía que no disfrutara de, posiblemente, el tío más guapo con el que había estado.  Entonces, como de costumbre, hice caso a mi instinto, y me aparté delicadamente.
-Pues va a ser que no-pero esto, no lo dije yo, lo dijo Dylan. Yo quería decirlo, pero el se adelantó.  Pro un momento me quedé perpleja. ¿Era necesario que me quitara las palabras de la boca?
-¿Qué?
-Que no besas tan bien…-dijo con una mueca de fastidio. En aquel momento sentí TANTO ODIO.  Me acababa de decir que no hacía bien las dos cosas que mejor se me daban. ¡Solo faltaba que me dijera que vestía mal!
-Pues tranquilo, no tendrás que volver a soportar esa tortura-entonces el por primera vez en la noche, pareció sorprendido. Tal vez no le había dicho lo que se esperaba. Entonces, se acercó a mi. A mis labios. Pero no me besó. Simplemente, me hablo, muy flojo. Delicadamente. Pero con odio en sus palabras. Todo es me encantaba.
-¿Me estas diciendo que no me vas a volver a besar?-nunca me había sentido así. ¡Me daba rabia! Mucha rabia. Era como si de repente lo odiara. Y es que le odiaba, con todas mis fuerzas.
-Exactamente-el sonrió, pero algo nos interrumpió.
Mi iPhone sonaba. Me aparté de el para poder responder a la llamada. ¡Oh no! Era mi madre.
Desdé que mi padre murió mi madre no paraba de hacer tonterías. Apenas pasaba una noche en casa, y siempre me llamaba cuando tenía problemas. Nunca hablábamos, tampoco comíamos juntas, siempre me prometía que iba a cambiar.  A hacerme un poco de caso.  Pero yo ya había perdido la fe. Realmente, me había  criado sola. Exceptuando ha alguna niñera que otra.
-Dime mamá
-¿Peeeeneeelope?- dijo con la voz temblorosa. Enseguida me di cuenta de que estaba borracha. -Ven a casa por favor.
-Mamá ¿qué pasa?-se hizo el silencio- ¡Mamá! ¿Mamá?-yo gritaba, pero nadie respondía. Finalmente colgué el teléfono-¡Joder!-Esta vez si que me sentía cabreada. Cabreada era poco, también estaba preocupada. Preocupada por lo que le podía haber pasado.
Dylan me acarició por detrás. Pillándome totalmente por sorpresa. Por un momento me había olvidado de que el estaba allí. Es que, cuando hablaba con mi madre, era como si el reloj se parará, y todo lo feliz, de golpe, se borrara. Como si nada que te hubiera echo sonreír existiera. Con dos palabras, mi madre, era capaz de hacerme sentir como una adulta, responsable, como si yo fuera la madre. Por eso, cuando ella no estaba, y no tenía que hacerme caso de sus problemas, me liberaba, y hacía lo que sentía, lo que me gustaba, lo que quería.
Pero tampoco quiero hablar de mi madre con una alcohólica ni una drogadicta. Para nada.  Solo, que pasa mucho tiempo fuera. Siempre esta de viaje. Solamente ocupándose de lo suyo. 
-¿Pasa algo?-yo, con los ojos llorosos, asentí.  ¿Cómo me iba yo a mi casa ahora?
-¿Te llevo a casa?- no sabía como se había dado cuenta, pero me daba igual, simplemente asentí.
Las llaves del Lamborghini de Justin estaban encima de la mesa. Dylan las cogió.



11 comentarios:

  1. Jope :(
    Pobre P...
    Ojalá que no sea nada grave :(

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  2. Jo chico...este blog es cada vez mejor.
    ME ENCANTAA!

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  3. haz más porfavooor, por cierto, cuantos más harás? ojala no se terminaran.. :)por cierto, pobre P! :(

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  4. porfa escribee , esta historia es adictiva no soporto la intriga escribee epor faborrr
    SOFI

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  5. Vieron la chica del comentario del capitulo anterior que dice que necesitas constancia y todo eso? PUES ESTOY DE ACUERDO!Igual me gusta tu blog

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  6. woow,, me lo leí todo en un ratito ahora no veo las horas d que subas un nuevo capitulo, aparte algunas escenas que relatas son muy reales, me encanta,, ojala sigas escribiendo mucho (:

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  7. está genial me encanta, no le pongo ninguna pega xdxd aun que me gustaría que vieseis el mío haber que os parece: http://elamorsiempreesdificil.blogspot.com/

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  8. Pfff, me encanta esta historia tia, es que es genial, pobre P, que vida más triste, ojalá Dylan se la alegre un poquitooo!
    Un besooo <3 ;D

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  9. genial asi es como defino tu historia
    P y Dylan-> espero que acaben juntos

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  10. excelente historia, la leí toda en un dia,
    pero pls no dejes de escribir!!!!

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